miércoles, 23 de mayo de 2012

DIEGO BALLESTEROS CUCURULL: NI UN BRAZO A TORCER (segunda parte)



“Aprender” es muchas veces sinónimo de “imitar”. “Enseñar” es ofrecer tu experiencia. Para avanzar necesitamos referentes de gente extraordinaria que con su ejemplo y derroche de energía nos impulse. Diego Ballesteros Cucurull visitó la Ribagorza Románica para mostrar su experiencia. Los que asistimos a su conferencia aprendimos de él, y juntos avanzamos camino hacia los Parasky Games 2012 (y SkyGames)

El referente de Diego en el año 2008 fue Marco Polo, un mercader expedicionario que en los albores del siglo XIV abrió rutas comerciales por medio mundo. Siguiendo su ejemplo, el de Barbastro, profesor de secundaria y gran amante del deporte, se marcó el reto de ir de Zaragoza a Pekín en bicicleta en solitario. Cerca de 13.000 km en un tiempo límite de 100 días. Al igual que su héroe, vivió experiencias positivas y negativas hasta completar una hazaña que resumiría en un libro: 12.822 km. De España a China en bicicleta.


En el año 2010 un nuevo reto cambiaría por completo su vida. Se trataba de realizar en bicicleta la prueba de resistencia Race Across America, una travesía “non stop” de costa a costa de los Estados Unidos. Sin embargo un coche se abalanzó sobre él provocándole lesiones que le obligarían a vivir en una silla de ruedas.
Pero ninguna experiencia negativa podría sumir en la inactividad a este luchador nato, pese a sufrir una parálisis desde el pecho hasta los pies. Era el momento de aplicar de forma radical los dos valores básicos de cualquier actividad física: el esfuerzo y la superación personal.

Empezó a usar una “handbike”, o bicicleta que se impulsa con los brazos. Para alguien que solía recorrer en bicicleta largas distancias, los inicios fueron muy duros porque después de 6 km se veía obligado a detenerse completamente exhausto. Había que adquirir masa muscular en los brazos, y así lo hizo, hasta que a día de hoy, tras poco más de un año en “handbike”, es capaz de pasar de los 60 km.


Evidentemente la superación personal depende de uno mismo, y luchadores como Diego, o como los participantes que vendrán a la Ribagorza Románica a competir tanto en los Parasky Games como en los  Sky Games, la afrontan sin pereza.

Sin embargo hay otras barreras que no dependen de ellos. Por mucho esfuerzo empleado, es imposible visitar deportiva y turísticamente una zona si no dispone de verdaderas prestaciones y facilidades en las diversas instalaciones y actividades. Y en este reto está toda la Ribagorça Románica implicada, ya sea como organizadores, como hosteleros y servicios varios, voluntarios o público.

Fotos: Ribagorza Skygames y CEAR

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